La soprano
Se decía que casi a la medianoche de todos
los días, solía despertar a los vecinos con aquellos extraños ruidos que salían
de su pequeño apartamento situado en la azotea del edificio.
Nadie nunca quiso acercarse a su puerta a
ver qué sucedía o a reclamarle algo; quizá era el temor a descubrir que lo que
creían era cierto, o tal vez peor: que todo era infundado.
Ella nunca hablaba ni molestaba a nadie,
pues sabía que murmuraban a sus espaldas, que varios pares de ojos miraban por
las cerraduras cuando pasaba; por eso prefería vivir de noche, en esa quietud
que las sombras dan. Sabía que le decían “la bruja” pero no le importaba, lo
que tal vez le molestaba un poco era la ignorancia y la nula autoestima de sus vecinos.
Continuamente se paraba frente al espejo y
se gritaba “bruja, vieja bruja, ¡buu!”, para de inmediato soltar una carcajada;
en verdad le divertía burlarse de ella
misma y pensaba en lo que dirían si la vieran haciendo esto, para al instante
contestarse ella misma riendo “dirían vieja bruja y loca además”.
Nunca recibía cartas ni visitas, no tenía
teléfono ni televisor, no le gustaba usar la luz eléctrica ya que por la
ventana siempre salía ese baile hipnotizante de las velas; había adoptado dos gatos de los muchos que se daban
cita al anochecer, a los que bautizó como Luz y Fer, que jugaban muy bien su
parte pues cuando llegaban al apartamento de la señora arañaban la puerta y
maullaban lastimeramente , así que vecino que los oía (y eran muchos) sentía
congelársele la espina dorsal y corría a esconderse. Bueno, dicen que hasta
hubo algunos que se hicieron en el pantalón, incluida una que otra dama -aunque
en ellas no era muy notorio ya que sólo se les veían las piernas mojadas; el
acabóse era cuando la señora les llamaba la atención a sus mininos, que aunque
no gritaba muy fuerte, con la quietud de la noche y los oídos al pendiente,
retumbaba en el edificio “¡Luz y Fer! ¡Aquí, ahora!”.
Entonces se escuchaba el cerrar de puertas
y ventanas quedando todo en silencio sepulcral, luego la dama solía cantar y
recordar su no muy lejana juventud, sus noches en el teatro, el maquillaje, la
música, los vestidos; en fin, todo.
Para ella cantar era volver a vivir , era
como una fuente de energía; por eso tampoco lo podía ni quería evitar, a las
primeras notas aparecían en su ventana dos búhos que frecuentaban el edificio debido a la gran
población de roedores, producto del nulo
afán de limpieza de sus inquilinos.
A uno le puso por nombre “Avernus” y al
otro “Maldetus” como recuerdo de una obra en la que participó, así que cuando
se juntaban sus cuatro adopciones y los llamaba uno tras otro, “Luz y Fer”,
“Avernus y Maldetus”, era el momento en
que los vecinos chismosos no asomaban ni
la nariz por la orilla de la sábana, todo se quedaba quietecito quietecito, mas
eso sí: con una tembladera general que hasta parecía que el edificio estaba
bailando tap.
La señora cantaba y cantaba mientras los
gatos y los búhos le hacían coro, y ella siempre elegante con ese vestido negro
aterciopelado y esa preciosa capa también negra que le arrastraba al caminar;
mientras cantaba le gustaba cepillarse sus largos cabellos que caían en su
espalda, para luego coger la escoba y bailar con ella como si fuera su galán.
Cantaba y bailaba hasta transportarse al pasado, estaba feliz, gritaba “Luz y Fer, acompáñenme esta pieza y
ustedes Avernus y tú, Maldetus, traigan vino que esta noche es nuestra”;
cantaba y bailaba hasta caer exhausta en
el único sillón que tenía, luego de un breve descanso salía a la azotea para
admirar su enorme jardín celestial, luego se recostaba para dejarse bañar por
la luna; era entonces, cuando sus
lágrimas mojaban su rostro, que la hacían despertar haciéndola acordarse de su
soledad. Entonces bajaba muy quedo por
las escaleras, e iba deslizando bajo las puertas aquel sobre semanal con un
billete y una nota que decía “Hola, amigos”; era tal vez por esto que los
vecinos, a pesar del miedo, no se iban del edificio; creían que “la bruja” les
pagaba por aguantar, pero la señora pensaba que estaba comprando amistad...
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