No sé si hacerle caso a la razón o al
corazón;
tengo que decidirlo pronto, no puedo ni
debo dejar que el tiempo pase,
porque a cada segundo la herida se abre
más
Y la incertidumbre no me deja vivir.
Ya debería yo de saber que esto
pasaría,
que no sería fácil lidiar con la
sociedad y menos con tus papás,
que enamorarse de alguien más joven
siempre nos pone en el centro de
habladurías y de miradas inquisitorias,
nos rodea de manos listas con teas para
encender la hoguera del pecador.
Tus diez años menos te hacen parecer
frágil,
te quieren ver como una niña cuando ya
eres una mujer,
se creen con el derecho a decidir por
ti,
sin tener ni siquiera idea de lo que
sientes tú;
piensan que llenándote de mentiras te
van a alejar de mí.
La razón me dice que espere,
que el tiempo calla las bocas y aclara
las mentes,
pero el corazón me dice que cada
momento perdido
es como un siglo vivido sin tu calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario