jueves, 13 de enero de 2011

El tabaco y el café







La espera desespera: muy cierto,
puede causar flojera y aburrimiento,
de acuerdo…
Mas ¿por qué desesperarse precisamente ahora?
Anda, prende un cigarro, pide otro café;
aspira suavemente el humo,
deja que acaricie tu garganta, que viaje a tus pulmones.
Luego, déjalo salir,
ahora afina tus sentidos:
escucha el canto del viento,
siente el movimiento a tu alrededor,
observa a la gente, huele el olor a muerte…
¡Qué suerte! ¿verdad? La muerte…  ¡qué miedo, ¿no?!
No te preocupes: no viene por ti
ni por ninguno de los presentes;
lo que pasa simplemente es que siempre ella está aquí.
Anda, que se te enfría el café,
el cigarro te quema los dedos…
Vamos, no le des tanta importancia,
no es bueno desesperarse;
hay que vivir cada momento plenamente, positivamente.
Llegado el momento ella se acerca sigilosamente,
te llena de frío la mente… clava sus huesos en tu alma
y deja tu cuerpo tirado ahí…
¿qué pasa? ¡no te duermas! ¡Hey, hey: despierta!...


                                                                                             copyright©

No hay comentarios:

Publicar un comentario