viernes, 14 de enero de 2011

Los otros niños de la ciudad




La niña tenía frío, estaba sola
en aquel oscuro lugar;
tenía los zapatos rotos
y los ojos hinchados de tanto llorar,
tenía apenas cinco años
y el cansancio de treinta en su andar;
peleaba cuando podía con perros, ratas y gatos
por un mendrugo de pan,
cuando ella dormía soñaba que despertaba
y tenía tanto miedo de despertar;
soñaba con perros furiosos,
con gatos mugrosos, con ojos de mal,
con ratas hambrientas disputándose aquel trozo de pan.
A ratos el frío, a veces la lluvia, la hacían despertar;
hay veces que no sabía si seguía durmiendo
o había despertado ya,
pues no era mucha la diferencia entre el sueño y la realidad…
Pobre niña escondida, pobre niña de la ciudad;
cinco años tirados al fango entre las cloacas,
miles de risas perdidas, no oídas,
miles de lágrimas saciando la sed de las alcantarillas
del monstruo de cemento que ahí está,
que pierde valores, no le importan los dolores;
no ve, no siente, no oye, no vive; vegeta nada más.
Ahí  está la niña, temblando, llorando, temiendo,
es una más de los hijos de la oscuridad
que luchan, sangran, gritan
¡sólo queremos una oportunidad!
somos los niños malditos, proscritos por esta bélica sociedad,
somos producto de la desigualdad social,
somos la ignorancia, la violación, la impotencia…
somos los hijos de la calle, somos el producto de esta sociedad,
y además somos una realidad”...


                                                                                                      copyright©

No hay comentarios:

Publicar un comentario