Luisa: tu risa, tu canto, tu llanto
me hacen desesperar.
Luisa: la brisa, el campo y el mar
me hacen despertar.
Luisa: sonora, sedienta, fogosa,
textura, soprano, temprano,
salto de agua, fuente de luz,
puente colgante, arrogante.
Luisa: tu voz, tus ojos, también tu nariz,
tus manos, tus piernas
aprietan, atrapan, abrazan,
se enlazan, no hieren, no matan;
sangran, evocan, recuerdan,
concuerdan, temen, arrancan,
se funden, se mofan,
conviven, trabajan y forman
la vida, el llanto de un nuevo ser.
Luisa: corre, camina,
desliza tus dedos, tu boca,
suspira, grita, lame mi piel;
Luisa: sube, baja,
alimenta mi alma, pierde la calma,
alumbra la tumba, la tundra,
tumba los muros de hiel;
Luisa: la madre, la hija, mujer,
Luisa mañana, ayer y hoy también,
Luisa la luz, la penumbra,
la hoja, el árbol, el fruto también;
Luisa: el blanco, el negro,
el prisma que descompone la luz,
Luisa: el canto, el poema,
la letra, la tinta, el papel,
Luisa… el principio y el fin.
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