Anoche casi fuiste mía,
anoche casi consumamos nuestro amor;
anoche al sentirme en tu piel
tu mirada me gritaba te abrazara,
mientras tus labios me decían
“bésame otra vez”,
tu cuerpo se estremecía;
anoche casi fuiste mía,
y aunque eres fruta prohibida,
amor… la culpa no es mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario