Le voy a hablar a las piedras
porque tú ya no quieres platicar,
les voy a contar las historias
que tú ya no quieres escuchar;
te beso y parece que pego los labios a un metal,
te abrazo y parece que aprieto un costal,
por eso voy con las piedras a hablar;
hay veces me desespero, no encuentro motivo
de que tú ya no me quieras contestar.
¿Que estás helada? ¿Qué importa?
el hielo también lo está.
¿Que estás un poco morada? ¿Qué importa?
las uvas también lo están.
¿Que hueles un poco mal? ¿Qué importa?
lo que más me molesta es la gente estúpida
que dice que estás muerta ya,
que estás muerta, ¿lo oyes?
y que te debo sepultar ya;
debiera yo estar loco para hacerles caso a los demás.
Que estás muerta… ¿lo escuchas?
que ya no vives más…
debiera yo estar loco para hacerle caso a los demás.
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