viernes, 14 de enero de 2011

Las güeras




Que Madonna… que la Monroe… ¡bah, naranjas agrias, pos’ qué!
Ahí está la Lupe, la Chana, y la Helena…
ésas sí son hembras, mi compa,
ésas sí son viejas de verdad.
Que Madonna… que sus piernas… que sus pechos…
oiiiii tú, ‘tá re’ flaca y de pechos, no, mi buen…
que la Monroe… que muy sexy… que muy rubia… que un lunar…
los tomates del puesto de mi tío Fabián.
Yo, la neta, pos’ prefiero a una nena aquí al lado, pos’ que la puedas tocar…
Que muy rubia… que un lunar…
chapuzas, mi buen, chapuzas…
la Madonna, la Monroe… pelos bien pintados, nada más…
Pelos los de Tere; ésos sí son de verdad,
bien negritos, ondulados, y caídos por la espalda;
y el lunar, mi compa, ¡el lunar!
Bien negro, y puesto ahí cerca donde hasta el Supermán quisiera estar.
Pechos, los de Sara…
Piernas, las de Elvira…
y amor, mi compa, amor… el que Almita sabe dar…
Que las güeras… que las gringas…  brincos dieran, la verdad.
Aquí hay hembras bien hechitas, bien macizas, querendonas…
¿Pá’ qué queremos más?
No, mi vale; usté’ anda mal,
¿qué anda viendo a esas viejas
y dejando que le metan a chaleco
esas tipas que no puede ni tocar?
Son productos, mercancía que se vende, y no la puede usté’ gozar…
Pinches güeros, son canijos
pero pos’ aquí se han de topar…
Que Madonna… que la Monroe…
es más, ya hasta al Michael Jackson nos quieren fletar.
Pinches güeros… mis pelotas bien infladas son las que van a rifar,
y el juguito que me salga, ése sí se los voy a dar
pa’ que se lo unten en la cara,
o bien, mi compa,
si se lo quieren tragar, pos’ que se lo traguen, y ya.

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