viernes, 14 de enero de 2011

La Negra






La Negra a veces reía y cantaba
cuando era de día,
pero al caer la tarde, al llegar la noche,
la Negra lloraba, la Negra sufría;
salía de la casa grande a caminar seis millas
pa’ llegar a su choza,
poder dormitar cuatro horas
antes de volver a su rutina.
La Negra a veces reía y cantaba
cuando era de día,
pero al caer la tarde, al caer la noche,
la Negra lloraba, la Negra sufría;
¡Ahí viene la nana!” gritaban los niños
para hacerle bromas y una que otra tontería,
al fin que es la criada,
es una negra que no vale nada.
La Negra tenía que aguantarse corajes y hambre
además de los hombres que la perseguían...
Que “ya voy, mi ama”,
que  ¿qué quiere el amito?”,
que “lava la ropa”,
que “limpia los pisos”,
que “haz la comida”,
que “aquí hay una mancha”,
que “eres una inútil”,
que “no sirves para nada,
por eso eres negra y sin alma”.
La Negra a veces reía y cantaba
cuando era de día,
pero al caer la tarde, cuando era de noche,
la Negra lloraba, la Negra sufría;
llegaba a su choza, comía pan duro con agua,
se tendía en el suelo…
apenas si descansaba.
Debía estar en casa del amo al salir el sol.
Así día tras día.
Que “diga, mi amo”,
que  “¿qué quiere la niña?”,
que “ya está el desayuno y la ropa limpia”.
La Negra a veces reía y cantaba
cuando era de día
pero al caer la tarde, al llegar la noche,
la Negra lloraba, la Negra sufría.
Así día tras día, hasta que su vida acabó.
El amo al instante salió a comprar otra negra
que ocupara el lugar…
Pobre negra, llegó alegre y cantando
pues ella no sabía
que ahí se canta y ríe de día,
pero al llegar la tarde… al caer la noche…
se llora y se sufre todos los días…

                                                                                                           copyright©

No hay comentarios:

Publicar un comentario